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Crítica/ Mantiene su esencia

Treinta y cuatro años después se estrenó el Live Action de “La Sirenita”, película original de Disney

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Adriana Fernández

Ciudad de México, 26 de Mayo del 2023 (Agencia Reforma).- Durante años, la historia se transmitió de forma oral. Un gran contador de historias requiere de buena memoria, pero también imaginación y vivacidad. Imposible que el relator no añadiera un poco de su cosecha: dosis de contexto y subjetividad, con las que pudieran conectar sus contemporáneos. Llega una historia que ya se ha contado: La Sirenita.

Ariel es una sirena a la que le encanta visitar los naufragios, pues colecciona artefactos de los humanos: un catalejo, un tenedor. la adolescente sueña con ver el sol. Pronto podrá hacerlo. Esta versión live action del filme animado de 1989, no escatima en producción: los recursos digitales recrean un océano espectacular y multicolor, con corales y una variadísima fauna marina.

la sienita

El virtuosismo técnico da vida a los animales comparsa, genialmente interpretados por Daveed Diggs como Sebastián el cangrejo y Awkwafina como Scuttle la gaviota. Tienen gran rapport y las escenas más divertidas. También luce la gente del mar: desde el pelo ondulante hasta las imprescindibles colas de sirena.

Más allá de los impresionantes efectos, está el reparto: McCarthy se roba sus escenas como Úrsula y Bardem como Tritón, está correcto. Se retoman las melodías de Menken, icónicas, pegajosas y muy bien interpretada por el elenco, sobre todo Halle Bailey. Mucho se ha hablado sobre el cambio racial en la protagonista y cómo modifica la percepción de la historia original.

la sirenita live action

Resulta que aquí, todo sucede en un contexto distinto: un país tropical. Que nos lleva a la premisa inicial: cada relator, cada época, añade modificaciones a la narración -ya Disney lo había hecho con el filme del 89, despojándolo de la tragedia del cuento de Andersen.

La Sirenita mantiene lo importante, su esencia: una adolescente que busca salir de su entorno paternal; que quiere conocer, caer y levantarse. Y sacrificar, porque aprende que lo valioso, no se obtiene así nomás.