El proyecto de la Mina Esperanza en Tetlama, Morelos, ha causado controversia y división de opiniones a su alrededor, existen personas que están a favor argumentando mejora económica y hay quienes están en contra por el impacto ambiental negativo que habría en la zona.
En un capítulo del libro titulado Minería en México: panorama social, ambiental y económico, dónde colaboraron la doctora Aleida Azamar Alonso y el maestro Juan Hipólito Esteban, investigadora y egresado de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), respectivamente, se abordan temas como el impacto socio-ambiental y la historia de la minería en Morelos.
La empresa Canadiense Amamos Gildardo Inc, trabaja para reactivar el plan de explotación que fue rechazado en 2013 por la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA), el proyecto busca extraer oro y plata mediante el proceso de tajo a cielo abierto; este se ubica en el municipio de Temixco.
Tiempo de vida del proyecto.
La mina que llevaría por nombre “Cerro El Jumil”, tendría una vida útil de 15 años, cinco de ellos utilizados para la extracción y desarrollo del tajo.
La inversión planeada para el desarrollo operativo de la mina sería alrededor de 126 millones de dólares , presupuesto que se creó en 2012 y sería utilizado para la para la construcción, operación y cierre del proyecto.
Amenazas socio-ambientales del proyecto de la Mina Esperanza
- Deforestación
- Erosión
- Modificación topográfica
- Migración de especies animales
- Afectación de biomas locales
- Contaminación de suelos
- Contaminación de recursos hídricos superficiales y subterráneos
- Filtración de químicos al subsuelo
- Daños en la calidad de agua
- Afectaciones en la producción agrícola
- Degradación de la calidad del aire
- Degradación dela flora y la fauna en la región.
- Severos daños en la salud de los habitantes debido al uso de explosivos para abrir los boquetes en el suelo.
La Semarnat negó el permiso de explotación de la mina por el impacto negativo que causaría en el medio ambiente y la salud de los habitantes, debido que reduciría la vegetación, y provocaría vibraciones que desestabilización el suelo, provocando daños en las viviendas.
Pobladores y trabajadores del proyecto, detectaron el impacto negativo y mostraron su desconfianza y rechazo formando colectivos de oposición en la comunidad de de San Agustín Tetlama
Los empleados del proyecto decidieron firmemente abandonar sus empleos, “considerando que era más importante la vida que el oro”.