La recién estrenada escultura que representa un huaco de la fertilidad (una pieza de cerámica prehispánica peruana con un pene erecto de gran tamaño), que en pocos días se convirtió en un gran atractivo turístico en la ciudad de Moche, en la provincia de Trujillo, fue atacada y dañada por desconocidos.
El alcalde de Moche, César Arturo Fernández, hizo una improvisada rueda de prensa grabada en video y colgada en la cuenta de Facebook de esa municipalidad para informar sobre lo ocurrido. Frente a la estatua, de unos tres metros de alto, ubicada en el sector Santa Rosa, a un lado de la carretera, dijo que encargara 50 huacos más: “10 de fertilidad, 30 del ‘Guerrero mochica’ y 10 que son una sorpresa”.
Según explicó, un grupo de desconocidos encapuchados sometieron a un vigilante nocturno, con un cuchillo, y causaron los destrozos en la parte superior del falo de la escultura. Los atacantes habrían hecho dos disparos al aire y huido luego.
“Es una desgracia lo que ha ocurrido”, manifestó Fernández, quien responsabilizó del atentado al partido derechista Alianza para el Progreso (APP), con el que ganó la alcaldía y al que renunció en junio pasado alegando que las decisiones en su seno eran “antidemocráticas”.
La autoridad local, que participará como independiente en las venideras elecciones regionales de octubre, dijo que la fractura de la estatua había sido motivada por el “odio político” de sus excompañeros la APP, y refirió que hace dos años otra “iconografía mochica” fue atacada durante la gestión del exalcalde y prófugo de la justicia peruana Daniel Marcelo.
La escultura, hecha y donada por un artista anónimo a la municipalidad, había sido instalada apenas a finales del año pasado. Su presencia en el lugar despertó gran curiosidad entre los visitantes, que la consideraron como un atractivo turístico para hacerse fotos a su paso por la provincia de Trujillo.
Los huacos de la fertilidad se elaboraron durante la cultura mochica, que existió entre los años 200 y 700 después de Cristo, y que se extendió por la costa norte peruana.
La sexualidad, según se explica en la Revista Peruana de Medicina Experimental y Salud Publica, así como sus expresiones culturales y artísticas, se relacionaron entonces con la fecundidad de la tierra y del ganado, como parte del ciclo vital.