Diversos estudios han revelado que debido a la pandemia causada por COVID-19, la depresión ha ido en aumento, la Organización Mundial de la Salud prevé que para el 2030 la depresión será considerada una discapacidad.
Los cambios que como sociedad hemos sufrido a lo largo de estos dos años de pandemia aunado al miedo, la preocupación, la incertidumbre y el estrés, son factores que pueden detonar que las personas experimenten depresión.
El miedo a contraer COVID-19, quedarse sin trabajo, la tristeza de perder un ser querido, estar aislados e inactivos, puede hacer que nuestra salud mental se vea severamente afectada.
Los estudios muestran altas tasas de depresión y ansiedad, entre otros síntomas psicológicos, particularmente entre mujeres, jóvenes, personas con condiciones de salud mental preexistentes, trabajadores de la salud y personas que viven en condiciones vulnerables.
La ONU ha presentado un plan de acción que tiene como objetivo
- Ampliar los servicios para los trastornos mentales.
- Asistencia psicosocial y medicación.
- Apoyo en temas de salud mental a pises con ingresos bajos.
Todavía tenemos un camino muy largo por recorrer para conseguir que todo el mundo, en todas partes, tenga acceso a una atención de salud mental de calidad. Dévora Kestel, Directora del Departamento de Salud Mental y Consumo de Sustancias de la OMS.