De acuerdo a un estudio presentado en la Endocrine Society, ENDO 2021, las personas que han enfermado de COVID-19 han experimentado una inflamación de la glándula tiroides luego de tres meses de padecer la enfermedad.
Los expertos indicaron que las personas que padecen tiroiditis, por otros virus suelen recuperar su función a corto plazo, sin embargo, en el caso del virus SARS-CoV-2 es distinto.
La autora principal del estudio, Ilaria Muller, investigadora de la Universidad de Milán, indicó que ante la infección por el nuevo coronavirus existe un mayor riesgo a largo plazo de reducción permanente de la función tiroidea.
“Después de tres meses, la función tiroidea de los pacientes se normalizó, pero los signos de inflamación todavía estaban presentes en aproximadamente un tercio de los pacientes”, señaló.
De acuerdo con la organización Fairview, la glándula tiroidea se encuentra detrás de la laringe, en el cuello, y produce hormonas tiroideas, las cuales ayudan a las células del cuerpo a funcionar correctamente al controlar el metabolismo.