A más de un año de la enfermedad, las secuelas del COVID-19, siguen sorprendiendo a la comunidad científica, pues además de afectar el sistema respiratorio, afecta distintas órganos.
De acuerdo al reporte estudiado por Matthew L. Silverman, Seth J. Van Der Veer y Thomas J. Donnelly publicado por The American Journal of Emergency Medicine, el SARS-CoV-2 está asociado con complicaciones tromboembólicas.
Tal es el caso clínico de un hombre de 69 años con antecedente de obesidad, que presentó a lo largo de una semana tos, congestión, disnea, anorexia y debilidad generalizada, tras presentar complicaciones el sistema respiratorio, tuvo que acudir a emergencias.
Al confirmar ser positivo a COVID-19, recibió dexametasona y oxígeno suplementario a través de una cánula nasal de alto flujo calentada.
Al empeorar su salud requirió intubación, así como ventilación mecánica y se inició sedaciónl; sin embargo, el departamento de enfermería detectó una erección.
El personal médico colocó compresas de hielo, sin embargo la la acumulación de sangre en el pene continuó durante las siguientes tres horas con rigidez de los cuerpos cavernosos y glande flácido.
Tras llamar a un especialistas en urología, le realizaron un gasometría para drenar la sangre mientras llegaban los expertos, sin embargo, el paciente falleció.
¿Qué es el priapismo, la erección prolongada del pene?
El priapismo se trata de una condición en la que el pene permanece erecto prolongadamente horas después del estímulo, o incluso puede ser involuntaria.
De acuerdo con la Clínica Mayo, esta afección, que suele ser poco común entre las personas, suele ser dolorosa para el paciente y lo pueden padecer personas que tienen anemia drepanocítica.