De acuerdo con la BBC y la Revista científica “Nature” las personas que hasta la fecha no se han contagiado de COVID-19 podrían tener inmunidad al virus.
En una publicación exponen que el sistema inmune de algunas personas podría estar familiarizado con el virus gracias a las células T, lo que reduciría la gravedad de la enfermedad en caso de contagio.
Las células T son un tipo de glóbulo blanco que brindan protección contra ciertas enfermedades, entre ellas el cáncer.
De acuerdo con varias investigaciones, las células T son una especie de células inmunes, cuyo principal propósito es identificar y exterminar patógenos invasores o células infectadas, gracias a que su superficie se adhiere fácilmente a las proteínas de estos agentes invasores.
De hecho, las células T han sido empleadas incluso en investigaciones para ayudar a combatir el cáncer, según refiere el Instituto Nacional del Cáncer.
El SARS-CoV-2 es el séptimo coronavirus humano que se ha descubierto y forma parte de una familia de coronavirus, causantes del 25% de los resfriados comunes, por lo que es posible explicar la reactividad cruzada, fenómeno que explicaría la inmunidad de ciertas pacientes ante este nuevo virus.
La inmunidad al COVID-19 podría estar asociada a que los individuos pudieron estar expuestos a una infección similar, es decir a un coronavirus endémico (un resfriado común) y la memoria genética, utilizó este recuerdo para combatir una nueva infección, en este caso el SARS-CoV-2.
De acuerdo con varios especialistas, no es de extrañar que algunos individuos tengan células T para atacar al virus del SARS-CoV-2, ya que año con año contraemos resfriados comunes que podrían reactivarse ante una nueva amenaza como el COVID-19.
Por otra parte, varios estudios han mostrado que la gente contagiada con covid-19 tiende a tener células T que pueden atacar el virus, sin importar si la persona ha experimentado síntomas.
Y lo más sorprendente de todo es que se ha encontrado evidencia científica que sugiere que algunas personas ya tenían un grado de resistencia preexistente al virus, incluso antes de que este infectara al primer humano.