Peter Daszak, zoólogo y experto en enfermedades animales, miembro del equipo de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que busca el origen del COVID-19 en la ciudad de Wuhan, China, dijo que es necesario trabajar para tratar de rastrear los elementos genéticos del virus en las cuevas de los murciélagos.
Tras las acusaciones de Estados Unidos, respecto a al origen del virus y sin dar más detalles, sostuvo que no hay pruebas que sugieran que el virus identificado por primera vez a finales del 2019 surgió de un laboratorio.
Por su parte, Pekín ha impulsado la idea de que el virus se originó en otro lugar, por lo que se realizan investigaciones en una cueva de murciélagos en el suroeste de la provincia de Yunnan, donde ya se se habían encontrado virus similares al SARS-CoV-2.
Una de las hipótesis del equipo de la OMS es la posibilidad de que el virus haya estado circulando mucho antes de que se identificara por primera vez en Wuhan.
“El trabajo que estamos haciendo aquí es rastrear desde los primeros casos hasta un reservorio animal, y ese es un camino mucho más difícil, y puede haber ocurrido durante varios meses o incluso años”.