Estados Unidos atraviesa una ola de violencia, los abusos policiales en contra personas de raza negra no cesan y han puesto sobre la mesa un problema que hace años es necesario erradicar de la sociedad: el racismo.
Primero fue el asesinato de George Floyd y ahora los siete disparos que recibió Jacob Blake, dos actos que han levantado a los jugadores de la NBA donde 80% son jugadores negros, personas que provienen de una vida complicada marcada por el racismo y clasismo de los Estados Unidos, varios de ellos han vivido el racismo en carne propia e incluso abusos policiales por lo que ahora se denuncian con un grito al cielo.
En la NBA, Los Bucks de Milwaukee se han negado a jugar su partido de playoffs contra los Magic de Orlando, también han liderado una revuelta en contra al sistema vigente en la sociedad estadounidense.
Los jugadores se unieron a la lucha contra la ola de violencia racial que se desencadeno después de las agresiones al joven afroamericano Jacob Blake, quien recibió 7 disparos por la espalda de agentes de la Policia cuando se disponía a entrar a su auto.
Lo ocurrido en Wiconsin, ha devatado un sinfín de violencia y protestas en las calles, incluso varias estrellas del béisbol y tenis se han mostado su solidaridad hacia Blake.
“A la gente todavía no le importa. El hecho de que esto ocurra con frecuencia únicamente nos muestra el odio que las personas guardan en sus corazones. Esto, simplemente, es asqueroso. Ser un ciudadano negro en Estados Unidos no resulta una tarea nada fácil”, declaró entre sollozos Dominic Smith, jugador de los Mets de Nueva York.
La japonesa Naomi Osaka decidió no disputar las semifinales del torneo de Cincinnati. La Federación de tenis de Estados Unidos, la ATP y la WTA paralizaron el torneo que se jugaba en las pistas de Flushing Meadows.
