La gente puede practicar natación siempre y cuando respete las medidas preventivas de “sana distancia acuática”, afirmó Hugo López-Gatell, subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud federal.
El funcionario detalló que la mayoría de las albercas están cloradas y la concentración que tienen es suficiente para eliminar los virus como el SARS-Cov-2 (COVID-19).
Explicó que las restricciones para el uso de albercas no se han encontrado extensamente documentados en términos técnicos o científicos.
“En general no se considera, dado el mecanismo de transmisión que la alberca, por si misma, pueda ser una vía de contagio”
Precisó que la inquietud es porque como el COVID-19 se transmite por la vía respiratoria y gotas de saliva. Depositar esa saliva en la alberca podría hacer que esa agua se convierta en un medio de transmisión.
No obstante, sostuvo que en lo referente a albercas no parece ser el caso por muchas razones:
1.- “La mayoría de las albercas están cloradas y la concentración que tienen es suficiente para eliminar un virus como este”.
2.- “La concentración de virus que se requeriría de virus, aunque la piscina no estuviera clorada; para ser un contagio efectivo tendría que ser extremadamente alta. Pero se disuelven en un gran volumen de agua”.
Sin embargo, dejó en claro que sí podría contribuir la proximidad de las personas, al igual que ocurre en los ambientes secos.
Por ello es pertinente practicar la recomendación general de “sana distancia acuática”.