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Fiel perrito espera a su dueño en el puente en donde se SUICIDÓ

Un transeúnte se dio cuenta de que un perro bien bañado y que no reaccionaba como un perro callejero llevaba horas sentado en la misma posición, sobre el puente sobre el río Yangtze en Wuhan, en la provincia de Hubei, China.

El transeúnte averiguó muy pronto que el perrito se había quedado viendo el agua del río, entre los barrotes del puente, desde que su dueño lo llevó ahí y se suicidó saltando al agua.

Du Fan, presidente de la Asociación de Protección de Animales Pequeños de Wuhan sacó un comunicado en el que explicaba cómo llegó a conocer la triste historia de este perrito abandonado.

Al parecer, el señor Xu, un ciudadano de la ciudad de Wuhan, pasó dos veces en dos horarios distintos por el puente encima del río Yangtze y las dos veces vio al animal solito que veía desconsolado el agua del río bajo sus pies.

El señor Xu le llevó, entonces, agua y comida y fue a verificar su estado físico para ver que no estuviera enfermo o tuviera alguna herida. Al acercarse, se dio cuenta de que el perro no era asustadizo como la mayoría de los perros callejeros y que no le molestó su presencia. Sin embargo, se negó a moverse de su lugar, siguió viendo hacia el río y se negó a comer o a beber agua.

El señor Xu fue, entonces, a pedirle información sobre lo sucedido a un hombre que estaba trabajando en las obras de reparación del puente. El hombre le dijo que el pasado 30 de mayo, un hombre había caminado hacia el borde del puente seguido de su perro, que se había subido al barandal y que había saltado a su muerte desapareciendo entre las aguas.

Cinco días después, el perrito seguía en el mismo lugar. Al parecer, algunos de los obreros ahí trataron de llevarse al animal, pero el perro regresaba siempre corriendo al mismo lugar buscando a su dueño.

Así, la única solución que se le ha ocurrido a la Asociación de Protección de Animales Pequeños es viralizar la foto del perrito para ver si alguien lo encuentra y pedirle a la población su ayuda en lo que identifican el cadáver de su dueño y ven si pueden entregarlo a algún familiar.

La historia ha conmovido profundamente a las redes sociales y, en particular, en Japón muchas personas han recordado la trágica historia de Hachikō, el fiel perro akita que esperó, durante diez años, el regreso de su dueño muerto en la estación de trenes de Shibuya en Tokio.

Como la historia de Hachikō, la historia de este perrito es profundamente triste. Ojalá alguien lo encuentre en alguna parte y pueda ayudarlo a que tenga una vida más feliz que la que tuvo, desgraciadamente, su dueño.

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