Cuando se habla de la situación complicada que deriva del COVID-19, siempre se piensa en grandes industrias o empresarios; pero la realidad que viven los conductores de autobuses en Nueva York es crítica ya que por lo menos 2 mil 200 conductores han dado positivo a la prueba.
Alejandra Frino es una mujer de 60 años que desde hace poco más de 14 años lleva manejando un autobús por la ciudad.
“Si me toca la enfermedad mi vida cambiaría, cambiaría terriblemente” asegura Alejandra.
De acuerdo a datos oficiales, al menos 70 conductores a han fallecido a causa del COVID-19, y otros 2 mil 200 han dado positivo.
El gobierno estadounidense anunció que para darle frente a la pandemia y evitar más decesos, es indispensable que incluyan el uso de mascarillas obligatorias y la división de distancia dentro del bus, así como también la apertura de las ventanas para circular el aire.