México.- Tenía 21 años y entró a los grandes almacenes de Walmart de El Paso (Texas) ataviado con un rifle de alto alcance, protección para la vista y oídos y vestido con camiseta negra y pantalones de camuflaje. Su objetivo estaba claro: quería “matar al mayor número de mexicanos posible”, según declaró Patrick Crusius a la Policía tras su detención.
Originario de la localidad tejana de Allen, viajó hasta el lugar del crimen, al otro lado del Estado a más de mil kilómetros de distancia, a sabiendas de que allí encontraría un gran número de familias hispanas -El Paso está en la zona fronteriza con México y más del 80% de la población tiene ascendencia hispana-. Abrió fuego indiscriminadamente al llegar al establecimiento y el resultado fueron 20 inocentes muertos y 26 heridos en la mayor matanza del año en EE UU.
Un manifiesto escrito antes del asesinato múltiple ha hecho que las autoridades traten este suceso como un delito de odio, ya que Crusius aseguraba en el documento que iba a dar “unarespuesta a la invasión hispana en Texas”. Tras la masacre, el joven no puso resistencia en su detención.
En el escrito, publicado en una web sin censura, Crusius mencionaba los tiroteos de Nueva Zelanda que acabaron con la vida de medio centenar de personas y aludía a una teoriá supremacista blanca que defiende que las personas de ascendencia europea están siendo sustituidas sin que los líderes americanos estén impidiéndolo, por lo que descarta que la solución pueda ser pacífica. “Tanto demócratas como republicanos nos han estado fallando durante décadas”, señalaba.