Una mujer de Buenos Aires asesinó a su marido cuando, al llegar a su casa, sorprendió a éste abusando de su hija de 18 años.
La autopsia del occiso constató que el hombre había recibido 185 puñaladas, una cantidad inédita. La mayoría fueron registradas en la región del tórax, pero también se contaron varias lesiones distribuidas entre el abdomen, el cuello, la cabeza, los brazos y la espalda.
Medio locales informan que, tanto la mujer, identificada como Paola Córdoba, de 38 años, como su hija, fueron detenidas por la policía argentina y acusadas de homicidio agravado por el vínculo, delito por el cual podrían enfrentar cadena perpetua.
Alberto Elvio Naiaretti, de 46 años de edad, era un ex-empleado de una empresa de plásticos que vivía con su esposa, la señora Córdoba, y sus cuatro hijos, en el barrio bonoarense de José C. Paz.
Según las declaraciones de vecinos y familiares que acudieron en defensa de las mujeres detenidas, el señor Naiaretti había tenido sometida a su esposa por más de veinte años. Ellos argumentan que el homicidio fue un acto de legítima defensa.
Dijo María Córdoba, la hermana de Paola, quien denunció al señor Naiaretti por prostituir a su hermana, así como por quedarse con el dinero que ganaba la mujer en su trabajo lavando coches o ropa.
De acuerdo a la declaración de la señora Córdoba, ésta encontró a su marido forcejeando con la hija, por lo que corrió a la cocina, tomó un cuchillo y procedió a apuñalar a su esposo con furia.
La investigación del caso encontró un segundo cuchillo ensangrentado en la escena, por lo que no se descartó la participación de la hija en el crimen.