Julio Hernández Barros, integrante de la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEAV), afirmó que si el gobernador del estado, Graco Ramírez Garrido, supo de la inhumación de 116 cadáveres en Tetelcingo, municipio de Cuautla, la responsabilidad por este acto podría alcanzarlo.
Durante su visita al panteón de Las Cruces de Tetelcingo, donde se lleva el proceso de exhumación de los cuerpos, comentó que en el entierro de los cadáveres primero se obstruyó a la justicia y se violentaron los protocolos ante y post mortem de la Cruz Roja.
“Yo te puedo comparar esta inhumación con otras que he visto de la delincuencia organizada; esta es la más grave, de la autoridad. No cumple con ningún requisito y la parte que me preocupa es la indefensión para identificar a sus seres queridos”.
Dijo que es preocupante que por una parte existan familiares de desaparecidos buscando a sus seres queridos y que por otra exista una fosa con 116 cuerpos con algunos de ellos sin identificar.
-Xavier Omaña-